miércoles, 21 de julio de 2010

lunes, 19 de julio de 2010

Éramos seres insaciables que perdían la noción del tiempo y la cabeza

Recuerdo aquellos días con intensidad. Reinaba la pasión y el desenfreno en un ambiente húmedo cubierto de un sudor cálido en pleno invierno. Nos desentendíamos de sábanas, edredones, mantas y hasta almohadas. Lo único que importaba era el roce continuo de nuestros cuerpos hasta que éstos se fundían en uno. Nos transformábamos en cruzar las puertas de aquella habitación, el amor que sentíamos el uno por el otro nos colocaba convirtiéndonos en fieras. Recuerdo el sudor resbalando por nuestra piel, ver tu torso empapado me hacía sucumbir al placer que desprendía tu cuerpo desnudo. La complicidad inmersa en nuestras miradas, la luz tenue que asomaba por la ventana, la sintonía de nuestros movimientos culminaban con lo que solo tú y yo sabemos, en silencio, el momento más dulce de mi vida.
Encuentros clandestinos a cualquier hora cualquier día de la semana. Entrar ahí conllevaba olvidar el reloj, el calendario, el móvil, las alarmas y hasta nuestros propios nombres. En nuestra mente solo había hueco para una cosa: pasión. No era pasión de vicio, aunque se convirtió en vicio desde el primer contacto. Esa pasión nacía el día que nos conocimos en aquel pueblo perdido a la orilla del mar, y crecía a medida que nos íbamos conociendo. Era algo imparable, cada día me llenaba más de ti, cada día necesitaba más. Mi puta droga.





domingo, 18 de julio de 2010

Kraków







A W E S O M E

viernes, 9 de julio de 2010

L-o-v-e is just another word I never learned to pronounce
How do I say I'm sorry 'cause the word is just never gonna come out





miércoles, 7 de julio de 2010

Serafin




Estoy mal de la cabeza, pensaba que había explicación para toda esta locura, pero no la hay. Me he sentado y al intentar empezar a analizarlo no me he hecho un lío como esperaba. Todo ha sido muy fácil. Me guío por una parte de mi cerebro que al parecer es bipolar. Ahí radica el problema. Llámalo bipolar, llámalo esquizofrénico. El caso es que si un día me apetece algo, lo hago. Soy impulsiva y una irresponsable, porque esos actos luego pueden acarrear consecuencias, consecuencias que en el momento me la sudan porque lo veo una tontería, al fin y al cabo es mi vida, hago con ella lo que quiero. Pero claro, cuando las consecuencias se derrumban en toda mi cara, no pienso lo mismo obviamente, me acojono. En fin, c'est la vie Serafin.




jueves, 1 de julio de 2010

Nublado




[...] es decir, canciones que no oía por ti, me recuerdan a ti. No lo encuentro asqueroso como pensaba que iba a parecerme, sino que me gusta. Significa que me has marcado, y sé que te voy a tener presente siempre. Algunas veces menos, otras más, pero nunca dejarás de estar. Y me da miedo. Pero es lo que hay.