lunes, 2 de agosto de 2010

Hello? Anyone there?



Es todo tan raro, tan complejo, tan que no pega conmigo. Lo curioso es que la gente apuesta por las relaciones sentimentales, se centra en ellas a la hora de escribir sobre felicidad y sobre amargura. Pero o yo tengo novias y novios, o las relaciones de amistad también tienen sus complicaciones. Alomejor soy yo la complicada. Es a la conclusión a la que una llega después de tanto trajín entre idas y venidas de humor y amistades. No me considero una persona normal, pero quién es normal hoy en día? Todo el mundo tiene algo que lo convierte en "especial" por no decir anormal que sería el término correcto por muy mal que suene. Una de dos, o me he quedado estancada y mi alrededor está transformándose de manera inhumana, o yo ya me he transformado y no concibo que ellos también lo hagan. Dudo mucho que sea la segunda opción porque significaría que mi egoísmo roza el firmamento. Pero es que no lo entiendo. A mí me la suda todo, los gilipollas, las zorras, todo ese rollo me la trae floja, pero la gente que me importa está ahí siempre, y no ahí de estar ahí para todo lo que yo quiera ni mucho menos, sino que están ahí, en mi cabeza. Pero no sé por qué extraña razón, poca gente me devuelve su "amor"? de la misma manera en la que yo lo doy, o bueno, de una manera que tú entiendas. Los demás o te critican por las espaldas (críticas típicas de patio de preescolar) o te lo ponen súper difícil como si fuesen un rollo con el que tú quieres formalizar la cosa, sabes? Es como "colega, eres mi amiga, no hagas estas cosas" pero no sé, alomejor es lo que está de moda. Yo, al menos no lo entiendo. Si alguien conoce de clases donde te pongan al día en amistades del siglo XXI que me informe que yo iré la primera. El caso es que sería fácil mandar a esas personas a la mierda porque los dolores de cabeza que traen terminarán matándome joven, pero soy incapaz. Joder, yo las quiero. Y no son ralladas de paranoica, es la verdad plasmada en un puto blog.
Lo cierto es que siempre digo que yo sería feliz en el campo, con poca cosa, alejada de toda la mierda que contamina este puto mundo, pero creo que me aburriría. Al menos llevarme a una persona conmigo, pero a quién? De la gente en la que yo confiaba de verdad, menos de la mitad se vendrían conmigo, querría yo que se viniesen conmigo. En fin, todavía me queda mi perro.

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