sábado, 30 de enero de 2010

Tranquilo, Bobby, tranquilo





Me dio una sirimba un domingo en la mañana
cuando menos lo pensaba.
Caí redondo, como una guanábana, sobre la alcantarilla.
Será la presión o me ha subido la bilirrubina.
Y me entró la calentura.

y me fui poniendo blanco como bola de naftalina.
Me llevaron a un hospital de gente, supuestamente.
En la Emergencia, el recepcionista escuchaba la lotería
¡Alguien se apiade de mi!
grité perdiendo el sentido.
Y una enfermera se acercó a mi oreja y me dijo:
"Tranquilo, Bobby, tranquilo"




Es que es muy duro pasar el Niágara en bicicleta.

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