lunes, 8 de febrero de 2010

Fuente de FELICIDAD









Los malos días no existen. No estás predestinado a tener un mal día. No creo en el destino. Creo en el destino, en que puede que estés predestinado a conocer a ciertas personas porque algo paranomal te une a ellas, pero no creo que haya nada escrito. Sería demasiado deprimente que tu vida ya estuviera planeada y que no pudieras hacer nada para evitarlo. Me niego a creer en esa estúpida forma de vida. Creo en el Tarot y en esas cosas extrañas de las que no tengo ni puta idea, pero creo porque a mí me tiraron las cartas y todo se cumplió y no eran las típicas generalidades que son fáciles de acertar. También soy consciente de que podrían no haber adivinado una mierda y que cuando lo cuento la gente dice que me cree pero en el fondo piensan "vaya loca de mierda" porque si a mí me lo contaran pensaría exactamente eso. Pero hay cosas que hasta que no las vives no te ves capaz de creerlas, y más con las cosas del más allá por llamarlo de algún modo.

Mis malos días son curables. No los malos días de enfermedad, esos días no los supera nadie. Pero los malos días derivados de tonterías acumuladas o de paranoias varias se curan fácilmente. Mi remedio es MR. Rapsusklei. Le llamo el rey de mi coraçao, y es que desde que escuché una canción suya me enamoró. También influye la persona que me enseñó esa canción, no tengo ninguna duda. Ambos marcaron, marcan y marcarán mi vida para siempre. No se irán. Jamás se desvanecerán. Y doy gracias por ello. Porque sin la música de uno y los recuerdos del otro no sería más que un individuo perdido entre tanta gente y tanta mierda que hay en este mundo infernal lleno de odio y salpicado hasta el último rincón de egoísmo e hipocresía. Rapsus me ayuda a evadirme de todas las banalidades que reinan hoy en día nuestro planeta tierra.

Tuve el mundo como paisaje, el oído como aprendizaje. La calle como gaje en este oficio tan severo de ser jardinero de las palabras del jardín de tus deseos guapa.
(Doble V: Amo la poesía y el sexo)
Porque cada sílaba es un beso, por tu ombligo y todo eso. De la constelación de tus lunares me hice preso.
Mi Atenea estoy obseso por tu crema, me marea, me deja seco.
¡¡¡Solo quiero ser un teleñeco!!!
Créeme co, no peco por ir mas allá de lo imaginable, por alimentarme con vinagre y ser tan dulce y tan salao al mismo tiempo, si estoy hambriento caliento sopa de amor.

3 comentarios:

  1. Hola preciosa!!! me ha gustado tu reflexión. Yo tambien quiero creer que no tenemos nada escrito y que cada persona se va haciendo su camino. Un besazo

    ResponderEliminar
  2. fuente...¿de felicidad? yo pensaba en otra cosa.

    ResponderEliminar