lunes, 8 de marzo de 2010

Ego†centrism









Me seducen las mentes. Me seduce la inteligencia. Me seduce una cara y un cuerpo cuando veo que hay una mente que las mueve y que merece la pena conocer. Yo hago el amor con las mentes. Hay que follarse a las mentes.


Tan solo quiero que me expliques como vas a ser fiel, cuando yo coja el micrófono y te olvides de él. ¿Quién va parar a tu pasión? ¿Tu razón de cojón?. No conocí a ninguna en ninguna relación. No me perteneces, no te pertenezco solo cuando aparezco y con mi luz te busco. Te dije yo te haré soñar y soñar está bien, pero de vuelta a la realidad ¿estarás conmigo al cien por cien? No sé. Pues déjame soñar solo mi drama y cuando quieras algo transcendente en la cama, me llamas. Después de aquella bronca cariño se escribe con K, fue que aquella noche la volvimos a montar como dos jóvenes y empezó a llover. Conozco un piso franco y nos tuvimos que mover. Mi habitación era un jardín botánico y el amor no es matemático, pero hay caricias calculadas y hay versos calculados. Con mi lengua en tu espalda escribí un soneto raro. Afuera la lluvia desafinaba y dentro otra lluvia pero de confeti en tu c* estallaba. Mi cuerpo está en tu cuerpo, y ¿quién nos separa? Si mi alma nos miraba desde el techo con cara rara. Cuando me escuches, cuando te duches, recordarás aquella lluvia, pero tú, tú estas mejor en mi memoria.


Bien, sigo esperando el latido del teléfono, todo mi honor en torno a un tono que no sonó. Da igual, llamaron otras y todas llenas de cosas buenas, pude amarlas sin problemas. Es normal que esto falle, a mí me gusta la calle, a ti te gusta el detalle, joder no quiero rallarte. Yo tengo esto, lo otro y poco más y me sobra pa darte. También tengo un cerebro cascado y un gatillo atascado y así ni me aburro ni me enfado. Vengo salido del abismo, entiende que me cueste volver a creer en mí mismo. Es la antigua postura ambigua del hombre que conoce la belleza y sus redes , el éxito y las mieles. Una mujer infiel yo sé que huye de una cárcel, otra película es cuando el infiel es él. No sé, con las personas es difícil. Machos y hembras, blancos y negros, yo vine a ser gris. Bien, como ya sabrás rimo palabras y eso es todo coño, ahórrate ese puto protocolo. Ven si tienes planes o tetas como flanes, ven si aún no sabes cuanto vales, ven si él te subestima, podemos enseñarle a llorar. Soy un mártir, no un santo y por supuesto te quiero follar.




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